Por Ricardo Pineda
Hablar de la vida cultural de la Ciudad de México (CDMX) de hace dos décadas es referirnos a una serie de utopías monumentales, de barreras infranqueables y de rupturas que se ostentaban tan temerarias como fascinantes, especialmente cuando los futuros posibles se proyectaban desde el universo de las vanguardias artísticas y la tecnología.
La música electrónica y la experimentación sonora que cruzaba afinidades y sensibilidades desde la capital mexicana se encontraba en un punto aún centralizado, aunque ya lo suficientemente seguro de sus alcances como para hablar de sustancias discursivas, calidades estéticas y diversidad de enfoques, a la par de lo que ocurría en otros epicentros del mundo. Era una ciudad en tránsito, hambrienta de intercambio y expansión, dispuesta sobre todo a apostar por dinámicas y estímulos culturales entonces impensables.
Ese fue el contexto en donde nació MUTEK MX en 2003, a escasos tres años de haber arrancado en Montreal, Canadá. El cartel de entonces era la impronta fiel de lo que sucedía en el aún entonces Distrito Federal, desde los las propuestas de avanzada, donde se hablaba de una mayoría local, masculina y profusamente experimental, integrando algunos nombres que hoy se ubican como los cimientos más sólidos de la electrónica en México: Manrico Montero, Álvaro Ruiz, Manuel Rocha Iturbide, Arthur Henry Fork, Champion, Duopandamix, entre otros.
Desde entonces han pasado muchas (pensemos en alternancias políticas, desafíos económicos, desastres naturales y crisis mundiales de todo tipo), sucesos que han modificado el rostro de MUTEK MX, más no su espíritu. El Festival, fundado y comandado por Damián Romero y su equipo ha transformado su propuesta en cada emisión, haciéndola elástica, nutriéndose de lo que pasa a nivel local e internacional, aportando a la dinámica cultural local, regional y global, dejando claro que “lo exterior” es parte ineludible de su propuesta.
De la abrasión ruidista a la expansividad multimedia, pasando por el techno duro que craquela la pista de baile, o los vapores ambientales de infinidad de propuestas que han desfilados por sus carteles, hoy MUTEK MX sigue siendo uno de los cierres culturales más esperados del año en el país y la región, afincando su identidad en la apuesta por el riesgo, el desafío y el trabajo colectivo.
Durante estos días, MUTEK MX está celebrando dos décadas de vida, y lo hace con una de sus programaciones más abultadas y diversas, ratificando su lugar y pertinencia en la vida cultural de la ciudad, la cual se afianza desde diversos esfuerzos conjuntos, alianzas y objetivos afines: la charla inaugural con el icónico músico alemán Alva Noto en el MUAC; la experiencia audiovisual de A/Visions 2 del jueves 17 de octubre en el Museo Anahuacalli donde se presentará la pionera estadounidense Suzanne Ciani, o sus ya dos kilométricas y legendarias jornadas de electrónica abrasiva enfocadas en la pista de baile de fin de semana, son algunos de sus más claros ejemplos.
Esa fortaleza colectiva está presente no sólo en un equipo que le ha dado forma a la fortaleza y diversidad expansiva del Festival, el cual este año presenta su programa más extenso y colaborativo, en cuanto a número de fechas y sedes. Estas visiones en común presentes en su estética, la contundencia de sus artistas y lo nutrido de sus actividades, aparece también con aquellas apuestas de confianza que se traducen en alianzas con marcas que representan la innovación que caracteriza a MUTEK MX. Para Montserrat Martínez, directora de marketing y producto para JLR México, Latinoamérica y el Caribe, que este año hace mancuerna con el Festival a través de DEFENDER, la esencia de una iniciativa como MUTEK MX también se encuentra en los valores y fortalezas de DEFENDER.
“En el ADN de la compañía siempre ha estado presente la aventura, el descubrir nuevas cosas, romper límites, barreras, ser disruptivo.Todos esos valores han hecho evolucionar y ser más independiente al diseño, es como si los hubieran heredado del rango de Range Rover, homologándose en Defender, que tiene unas capacidades todoterreno brutales y lo puedes seguir metiendo donde quieras, pero además con estos elementos de lujo y confort, además de un look y estilo ahora más urbanos”, explica Martínez, quien asegura que la música, especialmente la de la propuesta del Festival, es un ecosistema donde los valores que menciona conviven de forma oportuna y natural en la esencia de Defender.
En retrospectiva, resulta fascinante echar un vistazo al pasado de MUTEK MX y ver el tránsito natural de una pasión a los sueños aparentemente imposibles de realizar, y de las ideas a los actos que han podido suceder con un nivel de congruencia consistente y visible, a través de más de 700 artistas internacionales y nacionales.
De una instalación multicanal en Ciudad Universitaria, a las noches eternas de baile en imponentes bodegones, pasando por los diálogos estimulantes y las experiencias sensoriales de alto rango con un espíritu en común: abrazar el desafío, frase que comparte Defender y que también celebra a un Festival apasionado por la ciudad, la experiencia y la fortaleza, pero también el vértigo de lo nuevo, los retos y la emoción de un futuro que promete.